- Hola guapa, ¿siempre eres tan puntual?
- Porque lo dices?
- Quedamos las 12 y cuarto son las 12 y 7
- Es que vivo cerca, y sabia que tu llegarías antes, tienes las piernas largas.
Llegaba un autobús y yo no sabia donde
narices quería ir y lo que íbamos a hacer.
- Que vamos a hacer ¿Cogemos el autobús?
- Este no esperaremos al otro quiero ir al MERCAT de SANT ANTONI para dar una vuelta y luego se de un bar que se come muy bien y barato te parece bien.
Me tomo de la cintura como si fuéramos
novios y yo hice lo propio, estaba sorprendido porque no entendía su
aptitud.
- Estas guapo con esta camisa, tan chula, ¿Donde la haz comprado?
- Me las hacen a medida con el diseño que yo quiero, si quieres te enseño la camisería que también hacen prendas para mujer, y no son caros.
- ¿Donde están?
- En la rambla de las flores cerca del Liceo.
- Vale, después de comer ya veremos, veo que tu conocen bien esta zona, donde vives.
- UFF en la otra punta, en Sant Andreu.
- Cerca de aquí perdí la virginidad, en un mueble precioso, por cierto.
- Donde?
- En la Calle del tigre.
- No la conozco donde esta.
- Si quieres vamos, yo te invito.
- Ahora recién comidos NO quizás mas tarde. No te han dicho nunca que te pareces a Anthony Perkins el de Psicosis.
- Si claro, es por el blanco de cara y el estilo de vestir, negros cuellos alto, pajaritas o lazos.
- No no, si lo digo por tu obsesión de llevarme a la cama.
- UFF no creas, me gusta estar contigo porque, seguro que tienes cosas por enseñar a un estudiante, que no quiere novias, porque son todas muy absorbente de tiempo y libertad, y me gustaría tener una amante, pero no tengo suficiente dinero.
Al final bajamos por la calle Tallers
en busca de las Ramblas y cuando llegamos a la camisería estaba
cerrada no abrían hasta las cinco y eran las 2 y media. Al fin la
convencí para que nos fuéramos a descansar un rato en la habitación
del Mueble. Y tuve suerte por a parte de pedirnos el carnet a los
dos, nos dieron una habitación de las buenas.
Lo que allí paso, fue de lo mas normal
excepto dos sutilezas mías que al parecer le encantaron.
Tome un cojín y me acosté con mi
cabeza en sus pies, la invite a ponerse boca abajo para poder
masajear su glúteos y sus corvas y luego
- Date la vuelta, que te haga el narizotas
- Uff cuidado no te vayas a pasar.
- Tranquila que tu tienes mis huevos en prenda.
El juego consiste en colocar puño
cerrado asomando el dedo pulgar, se apoyan los nudillos el la flor
del deseo y el dedo pulgar presiona el clítoris, como si fuera una
nariz. Era fácil de imitar como ella masajeó los testículos y el
escroto, compaginamos bastante bien el ritmo, hasta alcanzar un
orgasmo sincronizado. Sin follar, es decir sin meterla.
